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Algunos datos sobre la Economía Naranja

Si la economía naranja fuese un país, sería un 20 % mayor que Alemania, el motor económico de Europa. Los datos nos sirven para hacernos una idea más exacta de la importancia de la economía naranja, las disciplinas que la componen y sus previsiones de futuro respecto a crecimiento, pero también a formas de trabajo.

Vamos a dar algunos datos para poner en contexto su verdadera dimensión. Sin olvidar que hablamos de un campo muy amplio, que incluye bienes y servicios en áreas tan diferentes como danza, moda, diseño, videojuegos, publicidad online, visualización de datos, museos, arquitectura, gastronomía, música y todo lo relacionado con el new media: podcasting, edición y postproducción de vídeo.

¿Cuál es el tamaño de la economía naranja? Para hacernos una idea de las posibilidades de este sector, en un mercado tan desarrollado como el del Reino Unido, podemos sacar conclusiones de algunos datos. El valor agregado bruto, o GVA, por sus siglas en inglés, fue de 33,3 % de media de 2010 a 2018, y el de las industrias creativas superó el 60 %, 60,5 para ser exactos. Este concepto de valor agregado bruto hace referencia al valor añadido de los productores de bienes o servicios en un área. Una vez añadimos los impuestos indirectos, nos saldría el PIB. El valor total, en 2018, de este dato fue de 111,7 billones de libras, 12,7 millones de libras a la hora, y lo que es más impactante, multiplica por cinco el crecimiento de media del resto de industrias del Reino Unido, lo que parece un claro indicador de la importancia de este sector.

Por sectores, el más importante es el de las tecnologías de la información, software y videojuegos, con más del 45 % del total. Es bueno tomar perspectiva y elegir bien los sectores en que cada profesional, región o país quieren competir. Algunos, como el sector de los videojuegos, requieren grandes inversiones para ser rentables, y otros, como la artesanía, las artes visuales o la fotografía están menos ligados a estas.

En el caso de Reino Unido, en 2018, la facturación de las industrias sin impuestos fue del 5,8 del total, y la tendencia de las principales economías mundiales es al crecimiento de esos porcentajes. De todos modos, hay datos que necesitamos para poner en valor estos sectores, como el porcentaje de las exportaciones y las tasas de empleo sobre el total, que en ambos casos es creciente a nivel global.Tendencias como la cultura del ocio, la reducción de la jornada o la mejora de las comunicaciones hacen que se pueda ser optimista sobre ello. No debemos olvidar que aunque se esté abandonando el soporte físico, cada vez se lee más, la industria del videojuego mueve más dinero que el cine y el consumo a través de plataformas sigue extendiéndose.

Además, los avances tecnológicos hacen que la calidad, que hasta hace poco era profesional, sea accesible. Cámaras con vídeo 6K, estudios de grabación, competencia en la industria del software creativo y los sistemas de licencias por suscripción. También la monetización a través de canales sin barrera de entrada, como YouTube, Twitch o Tik Tok. Está claro que la tendencia es a la democratización y a la difusión de las fronteras culturales. No es un síntoma que profesiones que hace poco eran casi ciencia ficción, ahora sean habituales en nuestro entorno.

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