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Estar cansado del trabajo que hacemos no es nada nuevo, por cansancio, por rutina, por que no nos llena….. pero tampoco lo son aquellos casos en los que, pese al descontento, no se mueve un solo dedo para encontrar uno mejor, seguimos igual y nos quedamos en la zona de confort.

En estos momentos el mercado se vuelve a mover, por varios motivos, por que salimos de un hoyo, donde hemos estado más de un año, donde no se ha podido hacer muchas de las actividades que antes se hacian y por que el teletrabajo, los ERTES, han dado un vuelco al mercado laboral.

Seamos realistas, a muy pocos trabajadores les gusta su empleo y es muy habitual sentirse más capaz profesionalmente que lo que requiere el cargo que se ocupa. En 2013, la mitad de los jóvenes se sentían sobrecualificados y en algunas comunidades autónomas como Navarra este porcentaje aumenta hasta el 68 %, según el observatorio de la emancipación. Aunque quizá pueda afectar a los jóvenes que acceden por primera vez al mercado laboral, no es un tema ajeno para el resto.

Siempre hay alternativas para ir hacia delante, pero para ello es necesario tener un buena estrategia y las ideas claras. Un buen método es el que propone Alizia Licht, vicepresidenta del área de comunicación de Donna Karan en AOL. Estos son algunos de sus consejos para conseguir convencer a esa empresa para que te de un trabajo en ese puesto de trabajo que siempre has querido tener, pero jamás pensaste alcanzar, y así poder dejar ese horroroso ’empleucho’ en el que estás ahora por llamarlo de alguna forma.

La meta es demostrar ser un candidato idóneo, no tener un alto conocimiento sobre un campo totalmente ajeno:

1. Entender lo que se requiere en el trabajo
Cuando accedes a una oferta de trabajo es normal que a uno le entren dudas sobre lo que se le va a pedir, especialmente si en este se le van a exigir aspectos nuevos y diferentes a lo que podrían conllevar el anterior. Pero cuando la entrevista comienza ha de demostrarse que se es el candidato idóneo para el puesto, incluso aunque esto no sea del todo cierto. Para ello es importante tener claro que el objetivo es conseguir ‘vender’ nuestras competencias y no contar nuestra vida.
Si queremos ser los elegidos, hemos de demostrar que somos el perfil adecuado para lo que demandan, por lo que es necesario estar acertado a la hora de crear una imagen acorde a la demanda y basada en nuestras virtudes y habilidades.
2. No utilizar jerga
Si se trata de obtener un empleo en un sector diferente en el que uno es experto o, al menos, tiene experiencia, será ridículo demostrar el alto grado de conocimiento que se tiene sobre este, básicamente porque no tendrán un ápice de interés en él. Licht pone como ejemplo un trabajador de farmacéuticas que trata de introducirse en el mundo de la moda. Si este sujeto se dedicara a hablar con tecnicismos de sus funciones en tal industria, la sensación general será pésima por razones evidentes. 
Es igual de importante mostrar unas capacidades como demostrar que se tiene interés y que se es una persona accesible
3. Convertir los defectos en virtudes
“Sé que mi experiencia en la industria farmacéutica me convierte en un candidato poco común para el puesto que se ofrece, pero creo que…”. El personal de recursos humanos está habituado a escuchar este tipo de frases y no consigue otro objetivo más allá del de tirarse piedras sobre el propio tejado. En cambio, esta aparente debilidad puede convertirse en una ventaja competitiva: “Mi experiencia en el campo farmacéutico puede resultar especialmente útil en la empresa, ya que he adquirido estas habilidades gracias al trabajo realizado en esta área”. No solo se consigue dar la vuelta a la tortilla, sino también demostrar algunas virtudes en las que quizá no haya caído el entrevistador.
4. Adular su ego (en la justa medida)
Demostrar interés sin llegar a ser un pelota. Es igual de importante mostrar unas capacidades, como demostrar que se tiene interés y que se es una persona accesible. Por mucho que se trate de ser un profesional en todo momento, los seres humanos somos subjetivos y caer simpático siempre es un buen comienzo y un garante de que se va por buen camino. Un buen ejemplo es enumerar algunos de los aspectos que nos agraden sobre la empresa o la sección a la que se trate de acceder o, incluso, de la persona con la que nos entrevistemos, ya que dará la impresión de habernos preparado a conciencia la entrevista y haber buscado información sobre la empresa. Al fin y al cabo, a todos nos gusta sentirnos algo halagados.

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