Esta frase, que me gustó mucho, es una de las doce cosas que buenos jefes piensan que nos trae la revista Harvard Business Review del profesor Robert Sutton de la universidad de Stanford. Dice que cualquiera de nosotros que adopte los métodos y la mentalidad de los buenos jefes y rehuya de los métodos y la mentalidad de los malos jefes, podremos ser buenos jefes también.
No obstante, a pesar de los cursos, seminarios y libros que uno puede absorber, concluye que lo más importante para que un jefe sea bueno está en su mentalidad, más que en las estructuras que tiene establecidas para que las cosas salgan bien. Por eso la importancia de cómo piensan los jefes y de qué piensan, cuando se trata de sus equipos y de sus formas de trabajar.
Las doce cosas que piensan los buenos jefes son las siguientes:
- No es completo mi conocimiento de cómo es trabajar para mi.
- Mi éxito, y el de mi equipo, depende de controlar las cosas pequeñas no de los descubrimientos milagrosos.
- Es importante tener metas ambiciosas y bien definidas pero no tener que pensar en ellas constantemente. Cuidar las pequeñas victorias para conseguir progresos a diario.
- Una de las partes más importantes y difíciles del trabajo es encontrar el balance entre ser suficientemente afirmativo o demasiado.
- Mi trabajo es ser escudo para proteger a mi equipo de intrusiones de fuera y de distracciones.
- Intento demostrar suficiente confianza para que mi equipo sepa que estoy a cargo y suficiente humildad para entender que muchas veces me voy a equivocar.
- Mi objetivo es pelear como si tuviera razón y escuchar como si no la tuviera y enseñar a mi equipo a hacer lo mismo.
- Una de las mejores pruebas de mi liderazgo, y la de mi empresa, es “¿qué pasa después de que la gente comete un error?”
- La innovación es crucial para todo equipo y empresa. Por lo tanto, mi trabajo es fomentar que mi equipo genere y pruebe todo tipo de nuevas ideas. No obstante, también es mi trabajo ayudarles a matar ideas malas, y gran número de las buenas también.
- El mal es más fuerte que el bien. Por lo tanto, es más importante eliminar lo negativo que reforzar lo positivo.
- Cómo hago las cosas es tan importante como las cosas que hago.
- Porque tengo poder sobre otros, tengo el peligro de caer en la actitud de ser un imbécil insensible y de no darme cuenta de ello.
Me parecen muy buenas pistas de cómo ser un buen jefe y de cómo evaluar a nuestros jefes. Todos los que hemos estado en el mercado laboral durante algún tiempo hemos sufrido malos jefes y alguno de nosotros hemos disfrutado de buenos jefes también.
¿Qué os parece, midiéndolo con estas características, tenéis buenos o malos jefes?