El triángulo de hierro establece la interrelación entre las variables del Proyecto (alcance, coste, tiempo y calidad).
¿En qué consiste este triángulo de hierro?
El triángulo de hierro del project management consiste en un triángulo formado por 3 pilares esenciales que se sitúan en cada uno de los vértices (coste, tiempo y alcance) y que sirven para definir los objetivos del proyecto y los retos que se van a afrontar.
Las variables que lo componen son:
- Tiempo (o planificación) para saber cuánto durará el proyecto.
- Alcance de las tareas que se tienen que realizar.
- Coste de los recursos se van a destinar al proyecto.
Existen varios posibles enfoques, y según la naturaleza del proyecto, puede ser más interesante uno u otro.
Enfoque tradicional
Con este enfoque lo principal es especificar el alcance y, a partir del mismo, estimar el resto de las variables. Por ejemplo, el caso de un proyecto en el que se determinan los requisitos esperados, así como el nivel de calidad (velocidad de respuesta, capacidad de crecimiento, seguridad, robustez, etc.).
A partir de ahí se estiman unos costes y un plazo (tiempo) y en el desarrollo del proyecto es habitual que el plazo se alargue y por tanto, el coste aumente.
También es habitual en muchos proyectos que para evitar retrasos excesivos o contener los costes se perjudica la calidad.
Observa el siguiente gráfico para entenderlo mejor:
Resumiendo:
1- Se especifica el alcance: La toma de requisitos y el cierre de alcance tradicionalmente era el primer paso fundamental para cualquier proyecto.
2- A partir del alcance, se estima un tiempo y un coste, para una calidad exigida (exigencias de seguridad, robustez, eficiencia, velocidad).
Enfoque flexible
Con este enfoque lo principal es ir realizando entregas mediante iteraciones. Realizar estas iteraciones nos permite ir ajustando el alcance, a medida que se va entregando el proyecto. Por ello el esfuerzo de planificación inicial es más ligero, y se va redefiniendo a medida que éste avanza.