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Hoy te quiero contar 5 habilidades que debemos tener en cuenta a la hora de gestionarnos financieramente y que nos puede ayudar a conseguir los objetivos en términos de abundancia y libertad financiera.

Visión a largo plazo.

Definitivamente, una de las cosas que más ha causado la pandemia y la crisis que hemos estado viviendo desde el año pasado, es el hecho de que la gente se enfoca tanto en el corto plazo que pierde su visión hacia el horizonte.

Es el hecho de que cuando ven que las acciones de las empresas están cayendo, venden como locos y pierden y desvalorizan su portafolio, materializando las pérdidas.

Las inversiones que se hubieran mantenido un año más hubieran sido positivas, pero tuvieron una incapacidad para ver un poco más allá de la situación, y generaron rentabilidades negativas.

O en el momento en que se analizan, por ejemplo, el tema del desempleo, gente que desesperadamente el año pasado vendió su casa porque no iba a poder pagar, o gente que se acogió a los supuestos alivios financieros.

Y lo hizo ni siquiera por necesidad, sino por tener de pronto la posibilidad, basados en el miedo, de no tener que pagar esas cuotas y usar ese dinero para otras cosas.

Simplemente por no haber estado preparados con un fondo de emergencia ahorrado o muchas cosas similares, y después se dieron cuenta de que esta es la nueva normalidad, y que los alivios no eran ningunos alivios.

Tuvieron que pagar intereses de más, el capital no se redujo, pagaron varias cuotas de solo intereses y muchas otras cosas más.

Todo por no tener una visión de largo plazo.

Porque a largo plazo, las crisis más grandes que ha habido en la historia, terminan acabándose.

Terminan no solamente los países, las personas, las empresas, los gobiernos volviendo a la normalidad, restabilizándose otra vez; sino creciendo más que antes.

Si todos tuviéramos la visión de largo plazo suficiente para tomar decisiones, de manera que no sea basado en el miedo, en la mente irracional y en otras cosas que no nos dejan ver con claridad, definitivamente estaríamos mucho mejor. Y estaríamos mejor preparados para el futuro.

Ser previsor y un paso más allá.

¿A qué me refiero con esto?

A entender el dinero, entender las tasas de interés.

Hay gente que adquiere una tarjeta de crédito y no sabe cómo funciona una tasa de interés, cuándo deben pagarlas, las fechas de corte y de pago, etc.

O cuando se adquiere, por ejemplo, un crédito de vehículo, cuáles son los gastos asociados.

Cuando se va a comprar o a vender una casa, cuáles son los impuestos.

Ir un paso más allá implica saber siempre cuáles son los detalles, por más mínimos que parezcan.

Asesorarse de las personas que los saben, de los expertos. No creer que yo lo sé todo. No creer que las cosas son simples, porque difícilmente lo van a ser. Y tratar de entender, y ser un poquito nerd.

Yo soy muy nerd en todos los sentidos, siempre me gusta justamente saber a qué me atengo, cuáles son las cosas que yo debería saber al respecto de algo, antes de meterme de lleno.

Que si voy a comprar Bitcoin, qué es Bitcoin, cómo funciona Blockchain, qué son las criptomonedas, cuál es el futuro de las criptomonedas (o al menos lo que podemos analizar ahora de ellas), cuál es el pasado de las criptomonedas, cómo realmente se concibieron, dónde se deben tener de manera que no haya riesgo de perderlas, cuáles son las estafas más comunes y muchas otras cosas.

Ir más allá implica saber prácticamente todo.

Nunca lo sabremos todo, pero a nivel práctico sí va a haber un punto en el que sepamos lo suficiente para tomar una buena decisión. Y esa es la segunda habilidad.

La negociación

Estamos súper acostumbrados a aceptar todo tal cual como nos lo presentan.

Es decir que si nos proponen un negocio decimos «sí», o incluso «no» porque creemos que las condiciones no pueden cambiar.

Esto me recuerda mucho a un familiar al que le ofrecieron un empleo y le preguntaron cuál era su aspiración salarial.

Y, por alguna u otra razón, él dijo una cifra que le aceptaron de inmediato, y luego se quedó pensando «ok, probablemente dije muy poquito«.

Y es parte de las habilidades de negociación el saber cuánto ofrecer, cuánto pedir, qué dar, cómo podemos estructurar un ganar-ganar en el que yo verdaderamente me encuentre satisfecho.

La negociación no es solamente en cuanto a transacciones financieras.

Yo puedo negociar de todo en la vida, y todos los días seguramente tengo micro-negociaciones, en las cuales si yo fuera mejor negociante me iría mejor.

No porque me voy a aprovechar de las personas, sino porque verdaderamente obtengo lo que es justo para mí.

Separar las necesidades del día de los deseos.

Tener una mente fría y calculadora cuando se trata de dinero.

Cuando yo digo «esto lo quiero, lo deseo, me encantaría tenerlo«, a diferencia de cuando digo «esto lo necesito, y sin esto no podría vivir«.

Yo sin internet, en teoría, podría vivir. Depende de si yo trabajo con internet o no, cada persona es diferente.

Pero hay ciertos gustos o lujos que dejamos de percibir como «lujos» y pasamos a considerar necesidades, que no son necesidades.

No se trata de dejar de vivir sin internet, o dejar de lado las cosas que hacen nuestra vida más fácil y son conveniencias.

Se trata de ser conscientes de cuáles son necesidades y cuáles son deseos.

Aún si yo digo «estos deseos los quiero tener en mi vida«, «estos gustos me los quiero dar«, «estos lujos los quiero adquirir«. Está bien, pero ser consciente.

La clave es ser consciente y poder separar lo uno de lo otro.

Ser tu propio Jefe, dueño de tus decisiones.

A la gente le encanta que le digan «tú puedes ser tu propio jefe«, les proponen «¿quieres ser tu propio jefe?«.

Un jefe no es una persona que simplemente está disfrutando el ganar dinero sin hacer nada, o una figura en tu vida que está monitoreando tus actividades y ya. 

Cuando yo me planteé la idea de ser un emprendedor, desde el principio fui precisamente uno de esos jefes cansones, que está encima de todo, verificando y todo el tiempo tratando de la forma más estricta posible que los resultados se logren, que haya progreso y que de alguna u otra manera estemos consiguiendo lo que queremos.

Por que de lo contrario nadie nos va a asegurar que el trabajo que estamos haciendo vale la pena.

Cuando uno es independiente y no tiene un jefe encima diciéndole esas cosas, es a uno a quien le toca exigirse.

Eso es lo que hace un jefe: asegurarse de que los empleados que tiene a cargo consigan los resultados que se supone que hay que conseguir. Y si no tienes a alguien que te lo diga (y preferiblemente no deberías esperar a nadie que te diga lo que tienes que hacer), pues tú deberías ser esa figura para ti mismo.

De manera que te asegures que estés consiguiendo los resultados que deseas.

Así como estas habilidades que son tan importantes y fundamentales para sobrevivir financieramente el día de hoy, hay muchas otras.

Hay ciertas cosas que no nos enseñan en los colegios, en las escuelas, en las universidades incluso.

Algunas personas que estudian finanzas y economía no aprenden en cuanto al manejo del dinero diario. 

Sencillamente son cosas que deberíamos adquirir a cada instante, y deberíamos todo el tiempo estar aumentando nuestro coeficiente intelectual financiero.

De alguna u otra manera, debemos aprender todos los días cosas nuevas.

Incluso no solo de finanzas, pero mantener a nuestra mente activa, ágil, pensando en soluciones.

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