Ten tu propio horario, procura no tener el de los demás. Esto va pues cada uno tiene sus propios biorritmos, ¿Tu en horario tienes el mayor rendimiento? ¿Eres búho o alondra? ¿Prefieres, mañana, mediodía o tarde?
Primero tienes que saber cuando tienes toda la energía, luego lánzate a sacarle el mayor provecho a esas horas. Es aquí cuando creas tu propio horario, si tienes reuniones o te las pones no te queda más remedio que adaptarte, pero por lo contrario si eres tu el que lideras, maneja tu la agenda con tu energía.
Haz lo más difícil en esas horas de plenitud de energía y dejar para las horas bajas esas tareas paquetizadas que puedes hacer de forma casi rutinaria o requieren poca concentración. El rendimiento va fluctuando a lo largo del día por eso aprovecha cada momento fuerte para sacar eso que te cuesta más, eso que te aporta más, por eso hay que ocuparse de lo importante cuando uno esta a tope.
Veras que esto que parece una tontería te va a ayudar a triplicar la productividad y es que si dejas el trabajo fácil o administrativo para después, cuando ya no este en tu momento pletórico del día, vas a ser altamente productivo.
Si a primera hora de la mañana cuando estas fresco, te dedicas a estas pequeñeces, parece que no has avanzado, por eso posponlas, dedícate a lo importante, reuniones, emails, contestaciones, gestiones que requieren una dedicación plena de ti. Si has conseguido hacer lo importante al principio nunca te arrepentirás de olvidarte de lo asuntos más pequeños o menos relevantes.