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Uno de los propósitos de Año Nuevo que no suele faltar en nuestras listas es el de hacer ejercicio. ¡A principios de año siempre estamos motivados! Y ponemos la mejor de nuestras intenciones en cumplir nuestros objetivos y nuevas metas. ¿Pero cuánto tiempo nos dura?

Queremos cuidarnos, queremos hacer ejercicio y ponernos en forma. Sin embargo, cuando intentamos introducir este nuevo hábito en nuestras vidas, las ganas, el tiempo y a veces también el dinero, se acaban perdiendo por el camino.

De pronto un día dejas de ir al gimnasio al que te habías porque te queda demasiado lejos de casa. Al otro suspenden las clases del centro de yoga de tu barrio. O de repente vuelven a cerrar todos los centros deportivos. El clima en estos momentos es algo impredecible y no ayuda a mantenernos constantes en nuestra misión de ponernos en forma.

Por eso, si de verdad quieres hacer ejercicio este año pase lo que pase, lo mejor que puedes hacer es ponerte las cosas fáciles: móntate un gimnasio en casa.

¿Por qué montar un gimnasio en casa?

Ahorrarás mucho tiempo
Siempre vamos justos de tiempo y las distancias en ciudades suelen ser grandes. Al final esto acaba traduciéndose en que nos queda poco margen para hacer una rutina de ejercicio diaria o semanal. Y si encima tienes que desplazarte lejos, corres el riesgo de que se añada al factor tiempo, el factor pereza. Sin embargo, cuando tienes el gimnasio en casa ya no existe esta problemática: lo tienes a un paso de ti. Se acabaron las excusas. Se acabó perder el tiempo entre desplazamientos en metro, bici o patinete eléctrico. Se acabó también pasar frío en pleno invierno yendo y volviendo de gimnasio a casa y viceversa. Lo tienes muy fácil. Si estás teletrabajando puedes hasta hacer ejercicio en tus descansos para despejarte, conectar y aprovechar el tiempo.

Podrás hacer deporte sin restricciones de horarios
No importa la hora que sea: siempre que quieras. Como si te apetece entrenar un domingo a las 22h de la noche o un miércoles a las 6h antes de ir a trabajar. Además, tener disponibilidad plena de horarios te ayudará a poder compaginar tu rutina de ejercicios con las demás actividades que hagas habitualmente. Así no tendrás que romperte la cabeza haciendo cálculos para cuadrar el rato que tienes entre que sales de la oficina, lo que te cuesta llegar al gimnasio, cambiarte y estar a tiempo para empezar la clase de pilates. Podrás montarte tu propia clase en tu gimnasio en cualquier momento que tengas libre o te vaya mejor. Basta con tener un móvil con acceso a internet, buscas una clase online que te guste ¡y a entrenar cuando te apetezca!

Tendrás privacidad y seguridad total
Entrenar en tu propio gimnasio es una buena forma de protegerte. Poder gestionar y controlar tu espacio privado te aporta la tranquilidad de saber que es un lugar totalmente seguro. Tú decides quién entra, quién sale y quién toca tus máquinas y materiales. Además, también podrás disfrutar de tu privacidad. Puedes aprovechar para entrenar a tu aire, sin que nadie te moleste, sin compartir espacios con otras personas, sin hacer colas en las máquinas y sin miradas incómodas. Y también podrás elegir con quién quieres compartir tu rutina de ejercicios. Igual un día te apetece invitar a un amigo o a un familiar para hacer una sesión de entreno juntos. La cuestión es que ese espacio es tuyo y solo tú decides cómo y con quién quieres disfrutarlo.

Tu gimnasio, tus necesidades
Crear tu propio gym en casa te da la oportunidad de hacerlo a tu medida. Puedes elegir las máquinas con la que más te guste entrenar y poco a poco ir haciéndote con todos los materiales que necesites para montarte tus propias de clases de yoga, step, crossfit… ¡lo que quieras! Es tu gimnasio y puedes personalizar todo a tu gusto para crear un entorno que te motive a practicar ejercicio. Además, no es necesario disponer de un espacio grande: puedes montarte tu gimnasio particular si cuentas con un par de metros cuadrados. Si sois varios en el piso o en la familia, podéis acordar distintos turnos para entrenar libremente. O si preferís entrenar juntos, también podéis hacer rotaciones de ejercicios y máquinas. Tú decides, así que siempre puedes encontrar la fórmula que se adapte a tus necesidades y a las de las personas con quienes desees compartir el espacio.

¿Cómo hacer un gimnasio en casa?
1. Piensa cuáles son tus objetivos
La clave consiste en tener claro qué deporte quieres practicar. Si lo que quieres hacer es cardio, necesitarás una cinta de correr o una elíptica, por ejemplo. Sabiéndolo, puedes calcular el que necesitas para las máquinas. Si o tuyo es el crossfit o el entrenamiento de fuerza, igual te interesa hacerte con una máquina de levantamiento o un set de pesas. Si quieres hacer yoga necesitarás, según el estilo que practiques necesitarás un mat o esterilla, tal vez un sistema de suspensión para hacer aeoroyoga o puede que incluso te apetezca hacerte con una silla de yoga para practicar posturas. También puedes hacerlo todo con un mix de entrenamientos: lunes yoga, miércoles cardio y jueves fuerza.

Sea como sea, necesitas saber qué tipo de deporte quieres practicar para prever el espacio que necesitas y, después, hacerte con el material necesario.

2. Escoge un sitio adecuado
Si estás comprometido con cuidarte y hacer ejercicio, ¡haz espacio en tu vida para ello! Cualquier espacio del que dispones puede ser más que suficiente para crear tu gimnasio. Igual tienes una habitación llena de trastos que no utilizas o ese cuarto de invitados que apenas nadie usa en estos momentos. La habitación de tus hijos que ahora ya viven fuera de casa, esa salita de estar donde apenas nadie de la familia pasa tiempo, un sótano, un garaje, una buhardilla, incluso tu salón. Este puede ser un buen momento para hacer limpieza, poner en venta las cosas que no usas y rehabilitar ese espacio para montar tu gimnasio.

Algo para tener en cuenta a la hora de elegir el espacio es que es preferible que sea un sitio interior. A veces podemos tener la idea de montarnos un gimnasio en nuestro jardín o al aire libre pero no siempre resulta cómodo. En invierno hará mucho frío para entrenar, en verano hará un calor excesivo, y el viento, la lluvia y el sol pueden deteriorar tus materiales. Elige un lugar resguardado donde tú puedas entrenar los 365 días del año para sacarle el máximo rendimiento.

3. Elige el material necesario
Probablemente te vengan a la cabeza cantidad de máquinas, materiales y accesorios para crear tu gimnasio ideal. No obstante, no siempre hace falta comprarlo todo. Considerando el espacio y el presupuesto del que dispones, es recomendable establecer prioridades para comprar el material imprescindible y no caer en gastos innecesarios. Teniendo claros tus objetivos, te será mucho más fácil determinar qué necesitas y qué puede es un capricho que puede esperar.

Tómate el tiempo que necesites para ir construyendo tu gimnasio poco a poco. Hazte una lista de lo que necesitas estrictamente para empezar a entrenar y una segunda lista con aquellos materiales que puedes ir comprando más adelante. Una vez lo tengas, empieza por la primera. Compara precios y valora qué se ajusta a tu presupuesto. Tal vez puedes esperar a que sean rebajas para comprar según qué materiales.

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