¿Cuántas veces te has quedado sentado en la oficina aun teniendo tu trabajo terminado? Muchas, ¿Verdad?
¿Por qué te has tenido que quedar? Pues, porque hay que estar ¿Verdad?
Bien, es nuestro deber informarte de que este tipo de situaciones, están destinadas a ser cada vez menos frecuentes, y probablemente en un futuro no tan lejano, a desaparecer. La razón principal, la aparición de un nuevo modelo de trabajo, el Smart Work.
Las NTICs (Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación) han ido poco a poco integrándose en el mundo laboral, hasta cambiar radicalmente nuestra manera de entender el espacio y la organización del trabajo diario. Una de las últimas tendencias en comenzar a diluir lo que hasta ahora conociamos como espacio y organización empresarial, fue el teleworking, que permite al trabajador, desempeñar su actividad laboral en un lugar distinto al habitual espacio de trabajo, que suele ser normalmente el propio domicilio del empleado.
Las nuevas tecnologías y la digitalización empresarial, han permitido a las compañías ir un paso más allá, y cada vez son más las que llevan a cabo el Smart Work. Este nuevo modelo, convierte al trabajador en un recurso de la empresa totalmente autónomo que gestiona su propio tiempo y lugar de trabajo, cuya vinculación con la empresa se limita a la consecución de los objetivos finales.
Para poder llevar a cabo un modelo Smart Work efectivo, es necesario que la empresa cuente con una completa digitalización, y sus directivos y empleados estén totalmente sensibilizados con el uso de las nuevas tecnologías, y el nuevo rol del trabajador como persona prácticamente independiente a la compañía.
Para poder dotar al trabajador de esta autonomía, es muy importante el trabajo del departamento de RRHH, a la hora de que la contratación de un nuevo trabajador, que ya no debe estar vinculada solamente a su formación y experiencia, sino también tiene que tener los conocimientos y capacidades organizativas suficiente para alcanzar los objetivos fuera del espacio laboral.
A pesar de los múltiples beneficios que este nuevo modelo de trabajo puede reportar a la empresa y a sus empleados, como son el ahorro de espacio y costes, y la conciliación de la vida personal y laboral, todavía son muchas las empresas que se muestran reacias a la implantación del Smart work. Las principales razones, de la negativa de muchas compañías ante este nuevo modelo, son la escasa sensibilización del sector empresarial español con la integración total de las NTICs (Nuevas Tecnologías de Comunicación y la Información) y la falta de un marco legal que regule este modelo de trabajo.