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Ahora mismo, estoy cómodamente sentado trabajando en algo que tendrá impacto en muchas personas en todo el mundo, y lo mejor de todo es que da igual el país desde el que lo haga. “Eso es lo que me gustaría” como un buen knowmada mi trabajo esta a más de 500 km de mi residencia, pero el trabajo que hago me gusta y para mí es el mejor del mundo y es como si salvara la humanidad y además me permite estar cerca de los míos.

Los medios técnicos son accesibles, y, lo más importante, es que la base es algo que todos podemos tener, ideas.

Vamos a ver cómo puede afectar el trabajo de las industrias creativas en nuestra forma de vivir. Desde trabajar en remoto hasta conseguir que esas zonas, con pérdidas de población comiencen a recuperarla.

Si lo hacemos bien, podremos conseguir una mejor calidad de vida conciliando familia con trabajo al tiempo que nos
desarrollamos profesionalmente.

Empecemos por el trabajo en remoto. El sector de la programación y la tecnología van por delante en muchos
aspectos sobre el resto.

Trabajar con metodologías ágiles, usar control de versiones para que varios profesionales puedan trabajar sobre los mismos archivos a la vez. O, incluso, usar en su día a día herramientas como Trello, Slack, Jira, etc.

Por eso, podemos aprovechar para seguir su estela en todo lo que nos pueda dar una ventaja competitiva.

Y aunque muchos otros profesionales trabajan desde sus casas, este sector trabaja habitualmente en remoto.

¿Qué significa trabajar en remoto?

Básicamente es trabajar de manera deslocalizada, y tener una serie de herramientas que llegan a ser productivos y a que la comunicación sea eficiente.

Trabajar en remoto no es para todo el mundo. Muchos prefieren entornos tradicionales como las oficinas y tener contacto personal con compañeros o clientes, pero si eres capaz de tener disciplina, organización y control de los procesos se abre un mundo de posibilidades ante ti.

Es indudable que Estados Unidos es un lugar muy atractivo para un profesional, pero hay problemas de permisos, gastos, contactos, y para las empresas estadounidenses tampoco es tan rentable traer profesionales de otros países, por muy talentosos que sean.

Lo que sí le resulta interesante es trabajar con ellos de manera remota. Hay diversas maneras, pero, por poner un ejemplo, total.com es una red de «freelance» para trabajar en proyectos importantes, no es un mercado de precios donde se lleva el proyecto el más barato, sino que hay que pasar una serie de filtros, idioma, capacidad técnica, entrevista, etc. Una vez superados, tienes la posibilidad de trabajar directamente, sin remoto sería muy difícil.

También lo puedes gestionar creando una red de contactos a través de herramientas de LinkedIn.

Ser un profesional independiente o una compañía que trabaja en remoto, te permitirá no solo trabajar desde casa con el ahorro que supone, como viajes o comidas, sino desde cualquier lugar y poder hacer «desk surfing», es decir, trabajar en oficinas de otras empresas, en coworkings, etc.

Es una manera de descentralizar la economía. ¿Qué ventajas tiene? Pues, por ejemplo, ir un par de días antes a un evento o quedarte después, poder visitar a un familiar y no tener que pedir vacaciones, sino que sean compatible con tu jornada, acompañar a tu cónyuge en un viaje, en pocas palabras, libertad de ubicación y de horario en muchos casos.

Tener una flexibilidad de ser un profesional de la economía naranja, hace mucho más fácil conciliar la vida profesional con la personal, y uno de los grandes problemas de las sociedades avanzadas es la baja tasa de natalidad. Y una de las grandes razones es el tiempo que se puede dedicar a los hijos. Además, esa flexibilidad permite distribuir la jornada y poder adaptarse a eventos familiares, casos especiales, como llevar un hijo al hospital o simplemente atenderlo cuando esté enfermo, sin por ello desatender el trabajo si no, simplemente, haciendo que sea compatible con otras
necesidades.

Actualmente, la rotación laboral es mucho mayor, es decir, el cambio de empresa por parte de los trabajadores, y eso para el empresario es un hándicap. Los mayores activos de una empresa suelen ser el talento y perderlo es un problema, pero, además, tener que sustituirlo es caro. Nadie es productivo el primer día, hace falta un tiempo de adaptación y qué duda cabe que la experiencia aún en áreas tan cambiantes como la tecnología es una garantía de calidad.

Comento esto porque una de las razones principales de que la gente cambie de empleo, en muchos casos por encima del salario, es el desarrollo profesional. En un entorno tan competitivo, quedarse estancado es muy peligroso.

Hacen falta nuevos retos, crecer profesionalmente. Creo sinceramente que crear un ecosistema próspero para la economía naranja, con sus infraestructuras, oportunidades, y sobre todo promover sinergias, puede ayudar a crecer profesionalmente a sus integrantes, y, además, crear oportunidades que de otro modo serían complicadas.

Solo contar el caso de un famoso cocinero de prestigio en temas de innovación, con tres estrellas Michelin en su restaurante, que en el transcurso de una comida, con gente de diversos sectores, contó que su sueño era hacer un plato que recrease la experiencia y el aroma de la tierra mojada después de un chaparrón. Un comensal cercano se rio y comentó: «Es muy sencillo, es ozono», y ambos colaboraron en la creación de un difusor de ozono que vaporizaban bajo una campana sobre el plato inmediatamente antes de servirlo, de tal manera que el comensal descubría el plato y recreaba la tierra mojada y olía ese momento, algo mágico.

Son muchas las relaciones de este tipo entre cocineros, diseñadores especialistas en energía que hacen experiencias mucho más ricas y que han conseguido que la cocina y la gastronomía en España sea una fuente de inspiración e innovación y cada región sea un sitio internacional de peregrinaje para los amantes de la cocina. Este mismo tipo de relaciones pueden recrearse entre todos los sectores, y son los organismos públicos y las empresas las que deben favorecerlos. Así que, si todos juntos hacemos lo posible por mejorar, no solo nuestra área sino la de nuestros compañeros, todos creceremos.

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